Compliance o cumplimiento normativo, tal y como lo define el Comité de Basilea es “una función independiente que identifica, asesora, alerta, monitoriza y reporta los riesgos de cumplimiento en las organizaciones”.
Es decir, significa establecer y legalizar internamente los procesos adecuados para que las actuaciones del negocio en cuestión cumplan con el marco normativo aplicable y de esta manera conseguir minorizar los riesgos operativos y legales a los que se enfrenta su actividad en concreto.
¿A qué empresas aplica?
Empresas de cualquier sector o naturaleza pueden requerir en algún momento la función de compliance para la buena gestión de su negocio. En muchos casos observamos que las PYMES, debido a su tamaño, tienen el convencimiento de que la regulación del cumplimiento no les afecta. Sin embargo, los riesgos existen en todas las organizaciones y sectores, y la responsabilidad penal es exigible tanto a grandes como a pequeñas organizaciones.
¿Por qué ha adquirido tanta importancia en los últimos años?
Tras la reforma del Código Penal, se estableció que las personas jurídicas serán penalmente responsables de los delitos cometidos por ellas o en su nombre, pero también serán responsables sus representantes legales o aquellas personas que hayan podido cometerlos porque quienes tenían que controlar su actividad no lo han hecho.
Por consecuencia, las empresas comenzaron a segregar la idea de establecer un departamento específico de compliance, con dos propósitos, regularizar internamente los procedimientos adecuados de cumplimiento y minimizar riesgos y para que, en el caso de incumplimiento por parte de la empresa, el juez valore que se tomaron unas medidas diligentes para evitarlo y, de esa forma, exonerar la responsabilidad de la compañía.
Beneficios del compliance para las organizaciones
Además de la reducción o eliminación de la responsabilidad penal de la empresa al demostrar que la organización dispuso de los medios y sistemas adecuados con la figura del compliance, ésta mejora la reputación de la empresa y despliega un sistema que asegura el cumplimiento de buenas prácticas por parte de los empleados de la organización.
Facilita que las organizaciones ofrezcan un servicio profesional de gran valor consiguiendo la fidelización de los clientes y, en consecuencia, ampliando su cuota de mercado.
“La función del compliance no es en absoluto una moda, si no la respuesta a la necesidad de rectificar, mejorar e implementar una continua mejora en la vida empresarial. Para que pueda ser de utilidad al negocio hay que pensar en la función de compliance como una oportunidad de mejora que ayudará a crecer y alcanzar el objetivo de excelencia empresarial”, comenta Victor Monreal, Senior Manager de la división de Tax & Legal en Robert Walters.
Dificultades en la selección de perfiles de compliance
Aunque la figura del compliance adquiere cada vez más importancia en las empresas, hoy en día son muy pocas las universidades españolas que proporcionan esta especialización. Entre las organizaciones que ofrecen postgrados en compliance se encuentran la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad Carlos III.
Por ese motivo, una de las dificultades que encuentran las empresas a la hora de seleccionar estos perfiles se centra en que, si bien aportan la experiencia práctica requerida, carecen de formación académica en la materia, que además repercute significativamente y por consecuencia, negativamente en la necesaria actualización de la normativa.
Retos a los que se enfrenta la función de compliance en los próximos años
Los retos más significativos a los que se enfrenta la función de compliance en los próximos años están focalizados por un lado, en la propia implementación y encuadre de un departamento nuevo en la estructura de la empresa, adquiriendo la integración, reconocimiento e importancia que requiere y merece, y por otro lado, lograr crear una cultura de cumplimiento que efectivamente se haga visible dentro de la organización.
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