Izabelli viajó a Kenia como voluntaria para ver cómo se desarrolla nuestro propósito.
En Tsavo (Kenia), la comunidad del Valle de Itinyi trabaja con Global Angels y Robert Walters para desarrollar métodos de cultivo nuevos y sostenibles, adaptándose a un entorno que está cambiando debido al cambio climático y la sequía.
Nuestro objetivo es impulsar a las personas y a las organizaciones para que puedan desarrollar su potencial único, no solo en términos profesionales, sino también en la comunidad global con la que colaboramos. En 2022, Izabelli Alves, Senior Marketing Executive en Robert Walters Brazil y Portugal, viajó como voluntaria a Kenia para colaborar en los proyectos de Global Angels en los que Robert Walters participa en la comunidad de Tsavo y vivió, de primera mano, nuestro propósito en acción.
«Una de las razones por las que me encanta trabajar en Robert Walters es nuestro compromiso con la responsabilidad social y la forma en que siempre estamos buscando nuevas maneras de aportar nuestro granito a la sociedad», dice Izabelli.
«Presenté mi solicitud para ser voluntaria de Global Angels porque quería ver por mí misma cómo funciona uno de los mayores proyectos benéficos que apoyamos. Cómo influimos en la vida de las personas de la comunidad y contribuir personalmente a llevar a cabo las actividades diarias de la asociación.»
Desarrollar prácticas innovadoras y duraderas.
Robert Walters se asoció con la Fundación Global Angels hace ya más de cinco años, con el objetivo de apoyar a la comunidad de Tsavo. Un compromiso a largo plazo que tiene como objetivo proporcionar un impacto positivo y conseguir resultados a largo plazo para la comunidad de Tsavo. En este tiempo, ya hemos visto cómo el proyecto ha madurado y se ha adaptado en respuesta a las necesidades cambiantes de la comunidad y a las exigencias del entorno.
«Espero que el proyecto de Global Angels en Kenia siga evolucionando, aportando recursos y oportunidades a la comunidad local y que el éxito cosechado hasta ahora siga desarrollándose», prosigue Iza, «manteniendo el foco en proporcionar acceso a alimentos y agua potable, a la vez que se siguen creando puestos de trabajo para la población local y se les da acceso a una mejor calidad de vida.»
En los últimos cinco años, la granja comunitaria de Global Angels, financiada por Robert Walters, ha pasado de ser una simple iniciativa a una empresa innovadora y en expansión. Aumentando su tamaño a medida que se han ido adquiriendo más terreno para apoyar la producción de alimentos para la comunidad local, también ofrece un espacio para explorar y descubrir nuevas prácticas agrícolas regenerativas y sostenibles.
«Es increíble ver la estructura que tiene la granja y todo lo que puede aportar a la comunidad local», dice Izabelli. «Nos llevó Molly Bedingfield, la fundadora de Global Angels, que nos contó cómo ha progresado la granja gracias a los proyectos que hemos financiado. Para mí, proporcionar acceso al agua a la comunidad fue el proyecto más especial».
Trabajo duro, pero gratificante
El equipo de voluntarios trabajó duro durante su estancia en Kenia, involucrándose en muchos de los proyectos que está desarrollando actualmente el equipo de Global Angels y la comunidad local.
«El personal de la granja nos guiaba todos los días y nos explicaba detalladamente lo que teníamos que hacer, ¡y creo que todas las actividades implicaban cavar un poco!, dice Izabelli».
«Fue un trabajo muy duro, pero me sentí muy orgullosa de no haberme rendido y de haberlo intentado literalmente todo lo que pude (¡aunque a veces me estuviera muriendo por dentro!)».
«Ayudamos a construir una valla desde cero para mantener a los animales fuera de la zona de plantación. Fue muy gratificante verla terminada y saber que había contribuido a algo que estará ahí durante mucho tiempo. También ayudamos en los jardines: formé parte del #LimeTeam (como nos llamábamos) plantando limoneros. Espero volver algún día y ver lo bien que han crecido».
«Espero que Global Angels consiga que mucha más personas se involucren para ayudar de la misma manera que lo hicimos nosotros, ya sea trayendo gente para ayudar como lo hicimos nosotros, trayendo donaciones como juguetes, ropa, material escolar y, lo más importante, donando su tiempo, que es tan valioso y especial.»
Construyendo un futuro sostenible para la próxima generación
El equipo también disfrutó del tiempo con la comunidad local, conociendo a las personas que están construyendo activamente un futuro sostenible para la próxima generación. Uno de los recuerdos más significativos para Izabelli fue conocer a una familia del pueblo. Mientras uno de los niños jugaba con un globo, le llamaron la atención algunas de las diferencias materiales entre las vidas de los voluntarios y las de la comunidad.
«Mientras uno de los niños jugaba, me fijé en sus pies descalzos, y eso me impactó. Me pregunté cuándo había sido la última vez que había podido ducharse o ponerse ropa que le quedara bien. Su alegría al jugar con un solo globo era muy conmovedora. Cuando estábamos a punto de irnos, me dijo «Asante Sana», que significa muchas gracias. Estas palabras me conmovieron profundamente y se me humedecieron los ojos, y tuve que ponerme rápidamente las gafas de sol porque no quería que me viera llorar».
Trabajar en el proyecto como parte de nuestro compromiso a largo plazo con Tsavo ha tenido un impacto significativo en Izabelli. «Es una experiencia que me ha cambiado la vida», afirma. «Puede sonar a tópico, pero es la mejor manera de describirlo. Estamos acostumbrados a ver y oír hablar de la vida en las comunidades menos desarrolladas en la televisión e Internet, pero cuando lo ves con tus propios ojos, el impacto es mucho mayor. Surgen en ti unas inmensas ganas colaborar y compartir ese sentimiento con la gente que te rodea».
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